lunes, 5 de abril de 2010

Más locas que nunca


Nunca olvidaré cuando en el año 2007 mi primita María y yo, que éramos bastante chiquitas, teníamos muchas ganas de llevar flequillo. Tantas ganas teníamos que se lo cortábamos a las Barbies, a todas las muñecas...
Un día se lo corté a una muñeca y me dijo mi prima que había quedado muy bien, y muy recto. Entonces le dije que se lo iba a cortar a ella, y ella aceptó. La verdad, no quedó muy bien. Después me lo cortó a mí, aunque no me quedó mucho mejor que digamos, pero bueno.
Entonces escondimos los pelos en una caja con llave. Ese día salimos al parque sin que nadie se diese cuenta, pero llegó una niña y esa sí nos lo notó. Fuimos a mi casa y una vez allí nos vieron, pero en vez de reñirnos se murieron de la risa. Y encima a mi prima María le faltaba poco para hacer la Primera Comunión, entonces se tuvo que poner un medio casquete en la cabeza para que así se le notara menos.

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