ELENA Y EL GATO NEGRO

Una chica rubia con el pelo liso largo y ojos verdes llamada Elena, se encontraba leyendo un libro de aventura, intriga y un poco de miedo. Iba por la página 12 cuando se quedo dormida y entro en el libro que se llamaba el “gato negro”.

Soñó que se despertaba echada en una cama de un cuarto con las paredes de color blanco, con rosas azules pintadas en cada extremo de la pared y con los muebles de caoba. De repente apareció un gato que se subió encima de la cama y mirando fijamente a la niña y saltó por la ventana. La niña corrió para ver si le había pasado algo al gato pero había desaparecido sin dejar rastro.

Asombrada de lo ocurrido oyó una voz dulce de una mujer que llamaba a la niña y entonces entró en el cuarto. Era una mujer de estatura media con el pelo rubio liso y los ojos marrones. Llamaba a Elena regañándola por no haberse vestido y haber bajado a desayunar, la mujer abrió el armario y sacó un vestido rosa con lazos para que Elena se lo pusiese. Elena seguía asombrada porque todo esto lo había leído en el libro y lo peor es que sabia lo que le iba a pasar. Iba por la calle , asustada porque encontraría al gato muerto, que había saltado por la ventana Y así fue, se lo encontró y Elena empezó a llorar cuando apareció una amiga, Sandra. Ésta le preguntó que le pasaba y Elena le dijo que había visto un gato negro muerto. Entonces Sandra miró y no había ningún gato. Elena empezó a llorar y Sandra la consoló y las dos se fueron juntas al colegio.

Mientras andaban, Elena pensaba en que todo lo que le había pasado le cuadraba con el libro y también que no sabia que hacer ni que decir así que se acordó del dialogo entre la niña y el profesor y así fue como lo hizo. En el recreo se fue a un rincón donde nadie la viese y empezó a llorar por lo que le estaba pasando y pensó:"que me despierten ya, no aguanto esta pesadilla”, y cuando abrió los ojos se encontró que estaba en su cuarto y decidió seguir leyendo el libro y ver que el gato era el que tuvo la niña cuando era pequeña y lo tiró por la ventana y ahora se vengaba de ella atormentándola.