lunes, 30 de marzo de 2009

UN MUNDO DE LIBROS


Hola, me quisiera presentar para que me conozcáis, soy el primer libro o cartilla que leeréis en el colegio, con el cual empezareis a leer y a conocer las letras. Pero no soy el único de mi familia. Tengo una familia muy grande y extensa, tengo familia que sabe de los más antiguos conquistadores, historiadores, reyes filósofos, etc... Gracias a estos familiares míos podéis saber como vivían, sus recursos y creencias de vuestros antepasados. También tengo unos tíos que les gusta mucho la aventura, ciencia ficción, teatro etc ... Algunos de ellos son muy divertidos, te pueden llevar al centro de la Tierra, al espacio exterior y conocer a los animales más raros e insólitos, así como sus habitantes, conocer sus penas, alegrías y sus inquietudes; te hacen vivir momentos mágicos.
Otros de mis familiares prefieren dedicarse a los niños, a la fantasía, los sueños y la magia.
Como ves te he presentado a algunos de mis familiares, a mí me gustaría parecerme a mis primos infantiles, para poder hacerles reír, hacerles felices en sus sueños y fantasías.
Te preguntaras que dónde vivimos, pues te lo diré:
“estamos en las bibliotecas, librerías, pero primordialmente en tu imaginación,”porque tú eres nuestro creador.
Bien, ya que me he presentado un poco, me gustaría contaros una cosita muy curiosa que me ocurrió un día.
Estaba en el colegio con un montón de niños, los cuales estaban muy contentos porque era el primer día en el que nos estábamos conociendo. A medida que pasaba el día tanto ellos como yo íbamos evolucionando, salían de su imaginación historias increíbles, pero me llamó mucho la atención una niña muy especial. Esta niña era sordomuda, ella podía entenderme pero yo a ella no, por más que me esforzara y lo intentara no podía llegar a su mente, pero podía ver en su cara una luz muy especial. Ese día cuando llegué a casa se lo conté a mis padres y ellos me explicaron que, aunque yo no pudiera oírla ella a mí sí y que estaba enseñándole otra manera de poder comunicarse con su familia. También me explicaron que hay personas que no ven; eso me preocupó un poco y le dije a mis padres que si no me veían cómo iban a aprender a leernos, entonces me explicaron que tenemos unos familiares que se transforman de una manera muy especial que sólo esas personas pueden aprender. Al día siguiente cuando volví a ver a esa niña me alegre muchísimo porque cuando la veía mover sus manos y sentía sus cosquillitas sobre mí y ya sabía lo que me quería decir y me enseñó que si ponemos empeño en algo el resultado merece la pena.

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