martes, 14 de abril de 2009

Manu en el Mundo de los Libros


Hola, me llamo Manu y os voy a contar la historia que tuve en el mundo de los libros: Un día iba con mi perro Yacki paseando y de pronto unas personas me metieron bruscamente en una nave. Me llevó hasta el Mundo de los Libros. Allí, todo el mundo leía libros de todas las temáticas, y vi a una especie de extraterrestre con cuatro ojos desiguales, un cuerpo diminuto, pero una gran cabeza. Al principio, me asusté del aspecto de ese ser, pero luego me hice muy amigo de él y de la mayoría de los habitantes de ese planeta. Un día el Rey Serafino ordenó que no se leyeran más libros y mi amigo y yo fuimos a protestar por esa mala decisión del Rey. Fuimos pero nos costó mucho trabajo despistar a los guardas... por fin llegamos ante el Rey y le pedimos muy educadamente que si podía cambiar esa ley. Nos hizo caso y el Mundo de los libros fue como siempre normal, pero la verdad es que..¡Era un sueño! Parecía tan real, que yo me hubiera quedado en el mundo de los libros. Bueno me tengo que despedir porque me voy a desayunar, espero que os haya gustado mi historia.
Seudónimo: Manu

lunes, 13 de abril de 2009

Un mundo de libros


Era el primer día de clase, por fin dejaba atrás la escuela de primaria e ingresaba en el instituto. Recuerdo que estaba nerviosa y ansiosa por saber cómo era todo aquello, era una sensación única.
Nos reunimos todos los de 1º y 2º en la sala de usos múltiples (SUM) y nos explicaron las normas del centro; a continuación nos asignaron en un grupo y junto con los demás compañeros y el tutor subimos a nuestra clase. Estuvimos allí una media hora hasta que nos dejaron salir
A la salida me encontré con mis amigas de primaria con las que no había coincidido en la misma clase y hablamos durante un tiempo prolongado, luego nos fuimos cada una a su casa.

Al día siguiente ya empezaban las clases con normalidad, había que llevar los libros y el resto del material.
Tenía nuevos profesores y asignaturas mas difíciles; ya nada tenía que ver con la escuela… poco a poco me fui integrando en mi grupo, había hecho nuevos amigos; como Paula que era una chica pelirroja, alta y muy estudiosa; al contrario que Enrique y Sara que eran muy vagos y charlatanes, pero me caía bien y nos hicimos muy amigos.

A las dos semanas ya nos podíamos apuntar a alguna actividad extraescolar; yo, muy ilusionada, me apunté a bádminton junto con una amiga de primaria. Al principio no le debamos al volante ni una vez pero según iban pasando los días aprendíamos a jugar.
Un día al terminar las clases de bádminton, me fui a la biblioteca para leer el libro que nos mandó el profesor de lengua, a mi no me gustaba leer, pero al día siguiente tenía el examen.
Mientras leía el libro sentí un inmenso cansancio, entonces levanté la vista y me di cuenta de que nada a mi alrededor era como antes de leer el cuento. Parecía que me había sumergido en la historia convirtiéndome así en la protagonista.
Todo lo que yo había leído en el libro se iba haciendo realidad; el cuento era de intriga y asesinatos, y yo intentaba descubrir al culpable.
Hasta el momento ya sabía lo que me iba a suceder, pues ya lo había leído. Pero al llegar al último asesinato no sabía que hacer, era un capítulo al que todavía no había llegado y tenía que acabar el cuento, si no, no saldría de él.
El miedo por no saber qué hacer y ¿si no vuelvo a salir del libro?... estas dudas me atormentaban la cabeza y me atemorizaba la idea de no volver a ver a mi familia y amigos.
Entonces sentí el sonido de un golpe, o un disparo, fuera lo que fuera me hizo desmayarme. Y al abrir los ojos me di cuenta de que seguía en la biblioteca y todo lo que creía que había pasado era producto de mi imaginación y la fantasía del libro que estaba leyendo se había apoderado de mi haciéndome ver alucinaciones.
El conserje dio un portazo para despertarme y ese fue el ruido que yo confundí con un disparo…

Ya iban a cerrar el instituto y me tenía que ir, recogí rápidamente mis cosas y me fui corriendo a mi casa, pues no hacía otra cosa que pensar cómo acabaría la historia.
Así, llegue a mi casa m encerré en mi cuarto y me sumergí de nuevo en una aventura fascinante e increíble.
Desde ese día me encanta leer libros y ver cómo me hago parte de la historia, eso lo hace todo mucho más interesante.


Seudónimo: Bea


La aventura de Marta


Una chica llamada Marta empezó a leer un libro, un libro de aventuras en su habitación. Cuando ella estaba leyendo lo más interesante del libro, saltó una luz sobre la página. Al rato se despertó y vió que estaba en un bosque. Tenía mucho miedo porque no sabía lo que le había pasado y además era de noche. Mientras caminaba, el bosque le sonaba mucho. Luego se acordó del bosque del cuento y pensó que era el mismo, pero no entendía como podía estar allí si es imposible meterse dentro de un libro.

Marta se paró para dormir, pero no pudo dormir mucho porque escuchaba ruidos. A la mañana siguiente se despertó y empezó a andar para buscar una explicación de lo que le había pasado y buscando una salida. Llegó hasta un río , como tenía tanta sed, quiso beber pero un chico llamado Aitor le impidió beber. Marta le preguntó a Aitor que dónde estaba y porque había llegado hasta allí. Aitor sabía lo que le había pasado pero dijo que se lo iba a contar en su casa.

La casa estaba al lado del rió y era una cabaña. Cuando Marta y Aitor entraron, éste le dijo que lo que le había pasado era porque todas las personas que leyeron el libro que leyó Marta se iban a meter en él para terminar una aventura. Marta le preguntó qué aventura tenía que hacer pero Aitor no se la pudo decir. Los dos salieron de la casa para terminar la aventura, pero más que una aventura era una misión.
Caminaron por el bosque un buen rato. Marta empezó a chillar, porque había visto una araña gigantesca. Aitor le dijo que ésa era la aventura o misión que tenía que hacer Marta y tenía que matar a la araña. Marta no sabía cómo matarla pero Aitor le dijo que su punto débil eran los ojos . La araña desapareció, Marta muy asustada dijo que podía dejarla ciega dándole luz pero sabía con qué podría hacerlo. Aitor le dijo que tenían que ir a su casa para coger un espejo. Fueron a la casa de Aitor y lo cogieron; luego caminaron por el bosque en busca de la araña. De repente apareció y gracias al espejo y a la luz del sol la araña murió. Marta vio cómo Aitor corría y ella apareció en su cuarto con su libro cerrado.

Seudónimo: Angi


Una niña soñadora


Una niña llamada Sonia estaba acostumbrada a que sus padres todas las noches antes de irse a dormir le leyeran libros. Desde que era una cría sus padres le leían todo tipo de libros de fantasía, debido a que era muy pequeña y es lo que le suele gustar a los niños de su edad. Le encantaban los cuentos de princesas. Su cuento preferido era el de la bella durmiente, esa historia le llevaba a unos sueños muy dulces,sin pesadillas, ese libro le relajaba y le ayudaba a dormir.

Un día cuando sus padres le fueron a contar ese libro ella se tumbó, miró por la ventana.
Su madre la arropó mientras su padre se preparaba para contarle el libro. la niña se sabía el cuento con todos los detalles, pero, aun así, seguía dándoselo a su padre para que se lo leyese.
Ya llegando al final del cuento la niña inspiró, y se quedó profundamente dormida, de pronto despertó en un mundo muy extraño, con muchos jardines, a lo lejos se veía un bonito castillo, de repente a sus pies apareció una alfombra roja que la conducía al castillo, llegó al final de la alfombra, tocó la puerta y le abrió un pequeño sirviente, ella le preguntó que donde estaba y el le contestó “en el país de los sueños”.

Ella se quedó asombrada, y se puso muy feliz la condujeron hacia el castillo.
Era muy bonito, aunque su estructura era sencilla, era de dos plantas parecía enorme,
las paredes eran de color claro tirando a amarillento y destacaba mucho la larga alfombra roja, tenía unas puertas enormes casi tan grandes como el castillo, que al llegar la niña se abrieron hacia dentro produciendo una brillante luz.
En su interior no había nada estaba todo vacío, solo había personajes de todo tipo de cuentos; los tres cerditos, la Cenicienta, el gato con botas, la bella y la bestia,la bruja de Blancanieves, los príncipes, caperucita roja, Alicia la del país de las maravillas.

Ella estaba boquiabierta impresionada porque estaba cumpliendo su sueño de conocer a todos los personajes de los cuentos pero algo la sacó de sus casillas y la preocupó no estaba la Bella durmiente, su preferida.

Se puso muy triste, fue conducida hacia una sala que estaba en el fondo de un largo pasillo. Abrió la puerta y allí estaba la Bella durmiente, la miró y le sonrió, era preciosa incluso más de lo que parecía en el cuento. De pronto cuando fue a hablarle se despertó del sueño le entró una enorme pena de no haber podido hablar con ella. Se despertó en su pequeña cama.

Seudónimo: VIALJI

lunes, 6 de abril de 2009

LA MAGIA DE LOS LIBROS


Érase una vez un niño travieso al que no le gustaba leer, pero un día su madre lo castigó por pelearse con su hermana a leer un cuento y, si cuando saliera no lo tenía leído, no cenaba. El niño se entró y cogió un libro. El niño no estaba entusiasmado leyéndolo, pero de pronto sonó un ruido fuera. Corrió a verlo, pero no era nada y cuando abrió el libro fue como si se metiese en él.
Dentro de él empezó a pasar la historia del cuento y, cuando terminó, salió.
Al día siguiente era todo algo extraño; el niño veía las cosas como en los libros: personajes ficticios, dragones, etc.

Pero cuando estaba en lo más interesante del cuento o del día, se dio de golpe en la cabeza y despertó en su cuarto. Se había dormido y lo había soñado. Desde ese día el niño se hizo responsable y, lo más importante, leía libros.

JNB

¡Vaya regalo!


Mi nombre es Marco. Yo, como la mayoría de los niños, era reacio a leer. Mis padres me hablaban que con la lectura, se desarrollaba la imaginación y yo mismo podia crear a mi antojo personajes y paisajes.Cuando cumplí catorce me regalaron un libro al cual yo no le hice mucho aprecio, me lo regalo mi tía Toñi y le sonreí, yo prefería un videojuego o un mp4, porque yo soy un chico que me gusta ir a la última moda.

Por ese regalo le hice un maleficio a mi tía para que le salieran tres verrugas en la barbilla con pelos incluidos. Dejé el libro arrinconado en mi cuarto con el mínimo interés en leerlo, el tiempo fue pasando, día a día se fue creando una capa de polvo sobre él. Como el roce trae cariño y disputas, me peleé con mis amigos hubo voces, peleas incluso arañazos. Mis padres me castigaron sin poder salir a la calle ni jugar a los videojuegos, "la vida era aburrida, las horas interminables, no sabía donde fijar la vista y en una de esas miradas perdidas fijé mi mirada en el libro que me había regalado mi tía, a la que por cierto no le habían salido ni verrugas con sus pelos. Comencé con cierta apatía a leer el libro, en principio con el poco interés qué tenía y el calor estival, estuve por desistir pero poco a poco fui introduciéndome en la historia, imaginando rostros, paisajes, hasta situaciones en las que yo me tomé la libertad de ser el protagonista y héroe de la historia.

MSFN


domingo, 5 de abril de 2009

Un mundo fantástico


Hace miles de años, en la era de los dinosaurios, existía un pequeño país llamado Voladorandia. Era un país precioso, tenía un cielo de color azulado, tenía también cataratas, casitas minis, parques, piscinas y sobretodo habitantes, pero lo más raro de aquel país era que sus habitantes eran libros.

Los libros de ese país no eran normales, ellos volaban, se bañaban, jugaban al escondite y hasta se montaban en los columpios, aquello más que un país parecía un parque de atracciones.
Una noche, unos seres malvados entraron en Voladorandia, se habían enterado que el país habitado por libros era muy bonito y hasta salía por la televisión, en comparación su país era un auténtico desastre. Les daba tanta envidia que destrozaron Voladorandia. A la mañana siguiente cuando los libros despertaron y vieron lo que habían hecho en su país se pusieron muy tristes, pero debían buscar una solución. Todos los libros se imaginaban que el destrozo de su país tenía algo que ver con los habitantes del país de los seres malvados. Así que se les ocurrió una idea. Lo primero era volver a reformar Voladorandia y dejar su país más bonito aún que antes, tardaron cuatro días en reformarlo. Lo que venía después era tenderles una trampa a los seres malvados, pero tenían que pensar como hacerlo sin hacerles daño ni a los habitantes, ni a su país “Malvadolandia”.

Al cabo de un rato ya sabían lo que hacer: esperarían hasta que llegara la noche, se disfrazarían y asustarían a los seres malvados. Y así lo hicieron, les gastaron la broma, y se asustaron tanto que les prometieron a los habitantes de Voladorandia que no volverían a hacer una cosa así nunca más y sus habitantes fueron muy felices para siempre.

Ainara

Las aventuras de un libro


Actualmente la gente no mira tanto los libros, pero ése es otro caso, el mío es que el otro día fue mi cumpleaños y mi abuelo me regaló un libro; era precioso, con dibujos coloristas y abstractos, pero el problema es que a mí no me gusta leer.

Mi madre todos los días me dice que es muy bonito leer, porque es como si estuvieras en otro mundo y que cuando ella era pequeña no tenía muñecas y por eso leía.

Anita, mi prima, es muy sincera y dice que leer es perder el tiempo, pero yo no opino lo mismo. El otro día me regalaron dos libros, mira que son pesados, ¿no saben que no me gusta leer?. Ya anochecido en la cama pensé: ¡mañana leo un libro! y así fue, pero ¿Qué libro tenía que coger?. Después de pasarme un cuarto de hora decidiendo escogí el de mi abuelo "Aventuras para vivir y soñar".

Cuando comencé a leer me mareé un poco, ¡había un montón de letras!. Cuando iba por el capítulo once, algo extraño me sucedió. No estaba en mi habitación sino en un cobertizo. Salí corriendo a inspeccionar aquel lugar. Era hermoso. Dejé de leer porque me aburría un montón; cuando entré en la casa me acosté y... a las cuatro de la noche oí una voz que decía ¡no somos aburridos, aprécianos!. Me llevé un sobresalto y cuando desperté estaba en casa leyendo el libro. Entonces fui corriendo y le dije a mi madre: Llevabas razón, un libro es un mundo que hay que descubrir.

Lunaita



El libresco Universo


Érase una vez un niño que fue a una librería y se compró una enciclopedia más grande que una pantalla de ordenador y se fue a su casa. Al día siguiente, el niño fue al colegio y de tarea de Lengua le mandaron que buscara la palabra “libro”. Cuando llegó a su casa, comió e hizo los deberes. Pero haciendo los deberes... Eso ya os lo contaré en el siguiente capítulo.

La puerta ligadora de Universos paralelos
(PLUP)

El niño abrió la enciclopedia y lo que se encontró fue... ¡Un puerto USB conectado al libro! También había un renglón en el que ponía “buscar” y debajo tenías que poner lo que querías buscar. Abrió el libro por otra página y encontró una pantalla de ordenador. Encendió el ordenador. Puso la pantalla conectada a la torre y conectó el puerto USB. Escribió la palabra libro con lápiz y en la ventana que se abrió en el ordenador puso la definición de libro: Conjunto de hojas escritas o impresas que están cosidas o pegadas, que tienen y constituyen un volumen adecuado para la lectura. La copió y ponía un icono de ``entrar´´. Pinchó en el y se apagó el ordenador. Para saber lo que pasaba, desmontó la pantalla. En vez de encontrar cables, todo estaba negro. Metió la cabeza y algo lo introdujo para dentro. Cuando abrió los ojos se encontró un pueblo lleno de libros. Visitó el pueblo. Era idéntico al suyo. Quería quedarse un libro de recuerdo y fue a la librería. Pero en vez de librería, en el cartel ponía ``persería´´. Y en vez de libros, ¡Había personas! Se lo pasó muy bien y a esa pantalla la llamó: Puerta ligadora de Universos paralelos.

Alonso II

viernes, 3 de abril de 2009

LA PECULIAR HISTORIA DE MARÍA


Como cada mañana María se levantaba, se vestía, desayunaba e iba al colegio. Cuando volvía, si lo había pasado mal en el colegio, se le quitaban todos los problemas, porque como cada tarde se iba a convertir en diversión. Cuando María terminaba sus tareas se sentaba en su escritorio y se ponía a leer un cuento muy conocido por algunos niños y niñas,`` La Maldición del Maestro ´´(de Laura Gallego). A ella le encantaba esa escritora, incluso en Navidades se leyó los dos libros anteriores de trilogía. Se ponía a imaginar que era una hechicera que vivía en la torre del Valle de los Lobos y que compartía habitación con Salamandra, una de las protagonistas de la historia; que Dana era su madre y Fenris, el elfo, su padre. Que su vestimenta era medieval, y que todos llevaban una capa. Un día, su profesora de lengua les propuso que describieran lo que sentían cuando leían y ella escribió.
``Depende del libro que lea, imagino una cosa u otra, pero siempre siento felicidad y grandeza. Les doy las gracias a todos los que han hecho que se pueda sentir eso.´´
Cuando terminaron de escribir lo que sentía, la profesora les dijo que todo lo que habían escrito se iba a mandar a un concurso. A los dos meses llego la noticia de quién había ganado. Cuando dijeron el ganador en clase, María no creía lo que oía y sintió mucha alegría de haber ganado ella el concurso. Al finalizar la clase la profesora le dijo a María:
-María, tú vives en un mundo de libros.
Desde aquel entonces no ha dejado de pensar en lo que le dijo su profesora.
Parecía ser verdad.

Salamandra

DOS HERMANOS HUÉRFANOS


Como todos los sábados los padres de Ana y Gabriel tenían que ir a Málaga por razones de trabajo. Ana tenía quince años y Gabriel siete.

Una mañana de sábado los padres de Ana y Gabriel se fueron. Los dejaron solos en la casa ya que Ana era suficientemente grande para cuidar de ella y de su hermano pequeño. Ellos estaban durmiendo debido a que todavía era demasiado temprano para despertarse.
Ya a las once y media de las mañana Gabriel se despertó y fue al dormitorio de su hermana para despertarla. Ella no tenía ganas de despertarse ya que ayer se acostó demasiado tarde. Su hermano se fue solo para el salón y empezó a jugar con los juguetes que había dejado la noche pasada sin recoger. Ana con mucho sueño empezó a levantarse cuando de repente oyó un gran golpe. Fue corriendo a ver lo que había pasado. Su hermano había estrellado un juguete contra un vaso de cristal y se había roto. Ella cogió el recogedor y la escoba para recoger los pedazos de cristal.

Después ya tarde sobre las siete de la tarde llamaron a la puerta y Ana miró por la mirilla para ver quien era. Eran dos hombres, decidió no abrir. Los hombres dijeron en voz alta que venían para darle una noticia de sus padres. Ana rápidamente abrió. Ella empezó a hablar con los dos hombres mientras su hermano veía la televisión. Le dijeron a Ana que sus padres habían sufrido un trágico accidente de vuelta hacia Córdoba y que no pudieron hacer nada por ellos ya que habían sufrido un fuerte golpe. Ella empezó a llorar. A ella y a su hermano le mandaron a un orfanato. Su hermana por el camino le contó todo a Gabriel. Ella no quería ir al orfanato. Todavía no se creía lo que había pasado. Estaba asustada, tenía miedo de que también lo separasen de su hermano.

Llegaron al orfanato y Ana empezó a pedir explicaciones de todo lo que le había pasado a sus padres. Ya lo único que podía hacer era estar al lado de su hermano y que nadie los separara, pero las cosas no salieron como ella esperaba. El orfanato dentro de tres años lo iban a cerrar a si que todos los niños tenían que tener alguna familia. A los tres meses una familia rica adopto al hermano. Ana cuando se lo dijeron ya no sabia que hacer. Intento escaparse con su hermano del orfanato pero no tenía ninguna escapatoria ya que estaba todo vigilado. Ana no fue adoptada por ninguna familia debido a que era ya demasiado grande. Después de dos años y medio Ana salió del orfanato, ya que era mayor de edad. Buscó una casa y un trabajo y después decidió ir a buscar a su hermano.

Ella sabía que estaba con una familia rica pero eso no le servía de nada. Fue por todas las escuelas para ver si lo encontraba. Después de tres meses buscando a su hermano no lo encontró.

Un día dando un paseo vió a un grupito de nenes en la otra acera, un nene gritó “¡Gabriel!” inmediatamente Ana giró la cabeza y se encontró con su hermano. Ella empezó a gritar su nombre y él la reconoció. Rápidamente fueron a darse un abrazo. El le contó todo lo que le había pasado durante estos años. Gabriel le contó a su hermana que la familia que le adoptó siempre estaba de viaje por el trabajo y que nunca estaban con él. Ana le preguntó a Gabriel que si quería irse con ella. Él muy contento dijo que sí. Gabriel fue a decírselo a su familia. Los padres dijeron que no se iba a ir y entonces él dijo que quisieran o no se iría. Ellos aceptaron y le dieron a su hermana la custodia de su hermano. Los padres para no perderlo decidieron hablar con Ana para decirle que se iría con ella si ellos podían visitar a su hijo cada vez que quisieran. Ella aceptó. Desde ahí Ana y Gabriel establecieron una nueva vida.

Alejandra

LEER ES UNA FIESTA


En una escuela de un lejano país los niños creían que los libros no servían para nada.
Solo había un niño, Andrés, que creía en un mundo de libros. Un día les dijo a sus compañeros que los libros no eran una tontería y que los libros nos enseñan muchas cosas.
Andrés tenía una gran amiga, Elena. Era una de las chicas más guapas del colegio y además le gustaba leer libros.
Pero no todos estaban de acuerdo que leer es una fiesta; Tomás, otro compañero de su clase, que no quería leer, decidió hacer un grupo de niños y niñas que estuvieran en contra de la lectura.
Tomás sabía que Elena era amiga de Andrés y pensó que si Elena se unía al grupo “Leer no es una Fiesta” le haría mucho daño a Andrés.
Tomás le dijo a Elena que se uniera a su grupo. Elena le dijo que no, que a ella le gustaba mucho leer y además Andrés era su amigo.
Tomás se fue muy enfadado.
En la Biblioteca del Colegio sorteaban un lote de libros infantiles y de fantasía. El sorteo se hizo después de una fiesta de disfraces. La papeleta premiada fue la de Tomás. Pero como Tomás no sabía leer no pudo recibir el premio. Tomás se puso muy triste porque los libros sorteados eran muy bonitos y además era su colección favorita.
Tomás le dijo a Andrés que le enseñara a leer. Andrés aceptó encantado y junto con Elena le enseñaron a leer.
A los pocos días Elena hizo una fiesta en su casa e invitó a Andrés y a Tomás. Juntos pasaron un gran día y se convirtieron en buenos amigos.

jueves, 2 de abril de 2009

El libro misterioso

Érase una vez un libro llamado Juan y otro llamado Matilda que vivían en la biblioteca. Juan y Matilda veían desde su estantería a un libro misterioso que a cada hora cambiaba de color. Un día Juan y Matilda le dijeron a aquel libro:

-Oye señor libro ¿podemos leerte?

El libro contesto:

-Claro que si pero con una condición.

-¿Cuál es?-preguntaron los dos a la vez.

-Es la siguiente: me tenéis que leer en un solo día.

Juan y Matilda no entendían lo que significaba eso así que no le hicieron caso y comenzaron a leer. Cuando se hizo de noche dejaron de leer y le dijeron al señor libro:

-Mañana seguiremos leyendo.

Al día siguiente cuando iban a empezar a leer se dieron cuenta de que el titulo era otro y de que no trataba de lo mismo. Juan le preguntó al señor libro:

-¿Por qué es distinto el cuento de ayer a hoy?

-Porque entre día y día en mi interior hay un cuento distinto.

Juan y Matilda cuando dijo eso el señor libro se dieron cuenta de lo que significaba esa condición. Así que un día se pusieron a leer desde por la mañana temprano hasta la noche y por fin terminaron de leer el libro.

Matilda le dijo al señor libro:

-Muchas gracias por dejarnos leerte.

-De nada-contesto el señor libro. ¿Podría leeros yo a vosotros ahora?

-Claro que sí.

-Primero te leeré a ti Matilda.

-Vale –contesto Matilda.

Al cabo de los días se leyó los dos libros y como le gustaron mucho decidió que desde ese momento no iba a cambiar más de libro, se iba a quedar en uno fijo. Así que les pidió ayuda a Matilda y a Juan.

-¿Podríais leeros mis 50 libros y decirme cuál es el que más os gusta para poder ser cómo vosotros?

-Claro que sí -contesto Juan – pero con una condición, que cuando estemos leyendo un libro de los tuyos no cambies.

-Vale te Haré caso.

Entre Matilda y Juan se leyeron los 50 libros y el que mas le gusto fue el de El ladrón de mentiras.

-Señor libro el que más nos ha gustado ha sido el del ladrón de mentiras.

-Vale. Con ese me quedaré.

miércoles, 1 de abril de 2009

Obsesionado con Don Quijote


Era una vez un niño llamado Andrés. Tenía nueve años y era moreno, alto y delgado. Tenía los ojos azules como el cielo y la boca grande como un buzón de correos. Era simpático, gracioso y le costaba mucho leer. Siempre iba vestido con chandal, deportes y una gorra de color azul oscuro, porque no le gustaba el color claro.

Vivía en un pueblo muy alejado de la ciudad y estaba poco habitado. El nombre de este pueblo es Arenas de Cabrales. Estaba en plena sierra y, como era tan pequeño, no tenía ni biblioteca.

Había oído hablar de un libro llamado Don Quijote, pero no había podido conseguirlo en su pequeño pueblo. En la escuela le habían leído algunos pasajes de la novela que le habían interesado mucho. Andrés no se quitaba a Don Quijote de la cabeza.

Esa noche Andrés empezó a soñar que él iba con un caballo y salía a la búsqueda de una librería o una biblioteca para conseguir esa novela que estaba deseando leer. De escudero llevaba a su amigo Pablo. A él no le gustaba leer, por lo que iba relatando con cara de pocos amigos.

De pronto, a lo lejos, vio una enorme biblioteca. Dirigió su caballo hacia ella, y cuando se iba acercando... ¡La biblioteca iba desapareciendo! Andrés en su caballo corría y corría desesperado, porque parecía que se le escapaba esa biblioteca y después de tanto esfuerzo éste no iba a servir para nada.

Cuando, de pronto, de tanto correr, Andrés se tropezó, se dio un golpe y quedó inconsciente.

Entonces, Andrés, despertó del sueño. Se había caído de la cama, y al caer se había dado un fuerte golpe en la cabeza con la mesilla de noche. Al ruido de la caída había acudido su madre, que trataba de ayudarlo con cara preocupada. Andrés recordaba aún su aventura. Mañana mismo tenía que conseguir ese libro como fuese.

EL ESCRITOR HUMORISTA, EL PODER DE LA IMAGINACIÓN


Os voy a contar la historia de un niño llamado Pedro que no creía que los libros eran apasionantes mas bien le parecían un rollo, pero le pasó una cosa que le hizo cambiar de opinión. La profesora de Pedro les dijo a sus alumnos que tenían que leerse el libro de “El tesoro del barco hundido”.

A la tarde siguiente Pedro fue a la biblioteca para leer ese libro. Lo cogió, se sentó, abrió el libro y empezó a leer. Érase una vez unos piratas que fueron a buscar un tesoro de un barco hundido y…en un abrir y cerrar de ojos, Pedro se encontró con esos piratas en el barco. El capitán del barco se le acercó y le dijo:
-Hola marinero soy el capitán “Dientes Verdes”, me llaman así porque una vez estuve comiendo hierba creyendo que era lechuga y se me quedaron los dientes verdes. Bueno a lo que íbamos… ¿Tu eres nuevo por aquí? ¿no? Vamos a ir en busca de un tesoro en “La Calavera de la Risa”, en un barco hundido ve dándote una vuelta por el barco para conocerlo mejor, que yo me tengo que ir.

Pedro empezó a pensar como habría entrado en el libro cuando de repente un hombre sabio y viejo se le acercó y le dijo:
-Sé que estas encerrado en este libro pero no me digas nada, te explicaré como salir de aquí. Muchos niños se han quedado aquí encerrados para siempre por no hacerme caso. En los libros solo hay un arma que no conocen los de aquí, y es el poder de la imaginación-dijo el sabio mientras se alejaba de Pedro.

Cuando Pedro iba a buscarle se oyó un grito:¡ZARPAMOS!
Pedro se imaginó un traje de pirata y en un “plis plas” apareció con un traje de pirata puesto. Llegaron a la isla y el tesoro estaba en la cumbre de la montaña. Para ir allí tenía que derrotar a un montón de malos pero eran demasiados para él solo, y digo él solo porque todos los demás tripulantes habían sido derrotados. De repente, Pedro escuchó una voz que le decía:
-Recuerda el poder de la imaginación...

Cuando iba a coger el tesoro se despertó en la biblioteca.La sorpresa se la llevó cuando ojeó el libro y vió que en algunas paginas salía él derrotando a los bandidos.