Actualmente la gente no mira tanto los libros, pero ése es otro caso, el mío es que el otro día fue mi cumpleaños y mi abuelo me regaló un libro; era precioso, con dibujos coloristas y abstractos, pero el problema es que a mí no me gusta leer.
Mi madre todos los días me dice que es muy bonito leer, porque es como si estuvieras en otro mundo y que cuando ella era pequeña no tenía muñecas y por eso leía.
Anita, mi prima, es muy sincera y dice que leer es perder el tiempo, pero yo no opino lo mismo. El otro día me regalaron dos libros, mira que son pesados, ¿no saben que no me gusta leer?. Ya anochecido en la cama pensé: ¡mañana leo un libro! y así fue, pero ¿Qué libro tenía que coger?. Después de pasarme un cuarto de hora decidiendo escogí el de mi abuelo "Aventuras para vivir y soñar".
Cuando comencé a leer me mareé un poco, ¡había un montón de letras!. Cuando iba por el capítulo once, algo extraño me sucedió. No estaba en mi habitación sino en un cobertizo. Salí corriendo a inspeccionar aquel lugar. Era hermoso. Dejé de leer porque me aburría un montón; cuando entré en la casa me acosté y... a las cuatro de la noche oí una voz que decía ¡no somos aburridos, aprécianos!. Me llevé un sobresalto y cuando desperté estaba en casa leyendo el libro. Entonces fui corriendo y le dije a mi madre: Llevabas razón, un libro es un mundo que hay que descubrir.
Lunaita
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