Érase una vez un niño travieso al que no le gustaba leer, pero un día su madre lo castigó por pelearse con su hermana a leer un cuento y, si cuando saliera no lo tenía leído, no cenaba. El niño se entró y cogió un libro. El niño no estaba entusiasmado leyéndolo, pero de pronto sonó un ruido fuera. Corrió a verlo, pero no era nada y cuando abrió el libro fue como si se metiese en él.
Al día siguiente era todo algo extraño; el niño veía las cosas como en los libros: personajes ficticios, dragones, etc.
JNB
No hay comentarios:
Publicar un comentario