- Sube arriba y en el último cuarto hay muchos libros. Coge el libro número cien.
Le preguntó Mónica Atlas le preguntó que para qué.
Le contestó la serpiente:
-Para meterte en el libro, porque un príncipe quiere buscar novia y esa novia vas a ser tú.
Le respondió Mónica Atlas:
- Yo...
Le respondió la serpiente:
- Sí, tú, tú serás la novia del príncipe.
Mónica subió arriba intrigada y abrió el libro número cien. Ocurrió que allí había un príncipe.
- Yo soy el príncipe que ha leído todos los libros. Estoy buscando una novia y quiero que seas tú. Para eso me tienes que traer un libro que no haya leído.
Mónica Atlas quedó sorprendida. Rápidamente fue a buscarlo y le dio el libro más bonito que ella había leído. El príncipe de los libros le dijo:
- Perdóname, pero ya lo he leído.
La niña fue al castillo y buscó en la biblioteca el libro más extraño de todos. Entonces, fue y se lo dio al príncipe. El príncipe le dijo:
- Ya he leído el libro más extraño.
A Mónica Atlas se le ocurrió una idea: escribir un cuento. Porque un libro inventado por ella no podía haberlo leído. La niña se encerró en su cuarto a escribir un cuento inventado. Después de algunos días ya lo había terminado. Le faltaba el título. De pronto se le ocurrió un título: “El príncipe que quería buscar novia”.Subió hasta el último cuarto, abrió el libro número cien y se lo dio al príncipe. El príncipe dijo:
- Me has traído un libro que nunca he leído. Entonces me casaré contigo.
Mónica Atlas lo aceptó como marido, pero con una condición: que cada día le contara un cuento nuevo.
Se casaron y fueron felices.
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