Por ese regalo le hice un maleficio a mi tía para que le salieran tres verrugas en la barbilla con pelos incluidos. Dejé el libro arrinconado en mi cuarto con el mínimo interés en leerlo, el tiempo fue pasando, día a día se fue creando una capa de polvo sobre él. Como el roce trae cariño y disputas, me peleé con mis amigos hubo voces, peleas incluso arañazos. Mis padres me castigaron sin poder salir a la calle ni jugar a los videojuegos, "la vida era aburrida, las horas interminables, no sabía donde fijar la vista y en una de esas miradas perdidas fijé mi mirada en el libro que me había regalado mi tía, a la que por cierto no le habían salido ni verrugas con sus pelos. Comencé con cierta apatía a leer el libro, en principio con el poco interés qué tenía y el calor estival, estuve por desistir pero poco a poco fui introduciéndome en la historia, imaginando rostros, paisajes, hasta situaciones en las que yo me tomé la libertad de ser el protagonista y héroe de la historia.
MSFN
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