jueves, 2 de abril de 2009
El libro misterioso
Érase una vez un libro llamado Juan y otro llamado Matilda que vivían en la biblioteca. Juan y Matilda veían desde su estantería a un libro misterioso que a cada hora cambiaba de color. Un día Juan y Matilda le dijeron a aquel libro:
-Oye señor libro ¿podemos leerte?
El libro contesto:
-Claro que si pero con una condición.
-¿Cuál es?-preguntaron los dos a la vez.
-Es la siguiente: me tenéis que leer en un solo día.
Juan y Matilda no entendían lo que significaba eso así que no le hicieron caso y comenzaron a leer. Cuando se hizo de noche dejaron de leer y le dijeron al señor libro:
-Mañana seguiremos leyendo.
Al día siguiente cuando iban a empezar a leer se dieron cuenta de que el titulo era otro y de que no trataba de lo mismo. Juan le preguntó al señor libro:
-¿Por qué es distinto el cuento de ayer a hoy?
-Porque entre día y día en mi interior hay un cuento distinto.
Juan y Matilda cuando dijo eso el señor libro se dieron cuenta de lo que significaba esa condición. Así que un día se pusieron a leer desde por la mañana temprano hasta la noche y por fin terminaron de leer el libro.
Matilda le dijo al señor libro:
-Muchas gracias por dejarnos leerte.
-De nada-contesto el señor libro. ¿Podría leeros yo a vosotros ahora?
-Claro que sí.
-Primero te leeré a ti Matilda.
-Vale –contesto Matilda.
Al cabo de los días se leyó los dos libros y como le gustaron mucho decidió que desde ese momento no iba a cambiar más de libro, se iba a quedar en uno fijo. Así que les pidió ayuda a Matilda y a Juan.
-¿Podríais leeros mis 50 libros y decirme cuál es el que más os gusta para poder ser cómo vosotros?
-Claro que sí -contesto Juan – pero con una condición, que cuando estemos leyendo un libro de los tuyos no cambies.
-Vale te Haré caso.
Entre Matilda y Juan se leyeron los 50 libros y el que mas le gusto fue el de El ladrón de mentiras.
-Señor libro el que más nos ha gustado ha sido el del ladrón de mentiras.
-Vale. Con ese me quedaré.
-Oye señor libro ¿podemos leerte?
El libro contesto:
-Claro que si pero con una condición.
-¿Cuál es?-preguntaron los dos a la vez.
-Es la siguiente: me tenéis que leer en un solo día.
Juan y Matilda no entendían lo que significaba eso así que no le hicieron caso y comenzaron a leer. Cuando se hizo de noche dejaron de leer y le dijeron al señor libro:
-Mañana seguiremos leyendo.
Al día siguiente cuando iban a empezar a leer se dieron cuenta de que el titulo era otro y de que no trataba de lo mismo. Juan le preguntó al señor libro:
-¿Por qué es distinto el cuento de ayer a hoy?
-Porque entre día y día en mi interior hay un cuento distinto.
Juan y Matilda cuando dijo eso el señor libro se dieron cuenta de lo que significaba esa condición. Así que un día se pusieron a leer desde por la mañana temprano hasta la noche y por fin terminaron de leer el libro.
Matilda le dijo al señor libro:
-Muchas gracias por dejarnos leerte.
-De nada-contesto el señor libro. ¿Podría leeros yo a vosotros ahora?
-Claro que sí.
-Primero te leeré a ti Matilda.
-Vale –contesto Matilda.
Al cabo de los días se leyó los dos libros y como le gustaron mucho decidió que desde ese momento no iba a cambiar más de libro, se iba a quedar en uno fijo. Así que les pidió ayuda a Matilda y a Juan.
-¿Podríais leeros mis 50 libros y decirme cuál es el que más os gusta para poder ser cómo vosotros?
-Claro que sí -contesto Juan – pero con una condición, que cuando estemos leyendo un libro de los tuyos no cambies.
-Vale te Haré caso.
Entre Matilda y Juan se leyeron los 50 libros y el que mas le gusto fue el de El ladrón de mentiras.
-Señor libro el que más nos ha gustado ha sido el del ladrón de mentiras.
-Vale. Con ese me quedaré.
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