domingo, 5 de abril de 2009

Un mundo fantástico


Hace miles de años, en la era de los dinosaurios, existía un pequeño país llamado Voladorandia. Era un país precioso, tenía un cielo de color azulado, tenía también cataratas, casitas minis, parques, piscinas y sobretodo habitantes, pero lo más raro de aquel país era que sus habitantes eran libros.

Los libros de ese país no eran normales, ellos volaban, se bañaban, jugaban al escondite y hasta se montaban en los columpios, aquello más que un país parecía un parque de atracciones.
Una noche, unos seres malvados entraron en Voladorandia, se habían enterado que el país habitado por libros era muy bonito y hasta salía por la televisión, en comparación su país era un auténtico desastre. Les daba tanta envidia que destrozaron Voladorandia. A la mañana siguiente cuando los libros despertaron y vieron lo que habían hecho en su país se pusieron muy tristes, pero debían buscar una solución. Todos los libros se imaginaban que el destrozo de su país tenía algo que ver con los habitantes del país de los seres malvados. Así que se les ocurrió una idea. Lo primero era volver a reformar Voladorandia y dejar su país más bonito aún que antes, tardaron cuatro días en reformarlo. Lo que venía después era tenderles una trampa a los seres malvados, pero tenían que pensar como hacerlo sin hacerles daño ni a los habitantes, ni a su país “Malvadolandia”.

Al cabo de un rato ya sabían lo que hacer: esperarían hasta que llegara la noche, se disfrazarían y asustarían a los seres malvados. Y así lo hicieron, les gastaron la broma, y se asustaron tanto que les prometieron a los habitantes de Voladorandia que no volverían a hacer una cosa así nunca más y sus habitantes fueron muy felices para siempre.

Ainara

No hay comentarios:

Publicar un comentario