Un día se hicieron amigos y estaban hablando cuando de repente se les apareció un mago, éste les habló sobre la magia, los hechizos y las brujerías que él hacia con los libros; los niños se quedaron intrigados y empezaron a sentir curiosidad por la magia.
Al día siguiente fueron los dos niños a la biblioteca y le dijeron al bibliotecario que cuales eran los libros de magia, porque tenían muchas ganas de saber más sobre ella.
El bibliotecario les indicó que estaban en la sala 23.
A la semana siguiente él y los niños se hicieron muy buenos amigos. Pero un buen día Javier quería el mismo libro que Pedro, discutiendo por quién se lo llevaba. Se enfadaron, y se fueron cada uno a su casa.
Pasados unos días, Javier volvió a la biblioteca y el bibliotecario le pregunto:
-¿Dónde esta Pedro?-
-Nos hemos peleado-, contestó Javier con cara de tristeza.
Entonces le aconsejó que fuese a casa de Pedro y le pidiera perdón, Javier siguió su consejo.
Al día siguiente aparecieron los dos tan felices… El bibliotecario se alegró de que volvieran a ser amigos.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado, y, nos demuestra que leyendo también se cultiva la amistad.
Cris
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