Al pequeño le gustaba mucho la iglesia y le propusieron ser monaguillo. Él le preguntó a su madre y le dijo que sí, y desde entonces fue monaguillo. Por las tardes, cuando no tenía que hacer nada se iba a casa de su abuela, pero seguía leyendo mucho. Su abuela, aburrida porque no charlaba con ella, le dijo que no hacía falta que le hiciera más compañía. El le hizo caso y se fue. Tiempo más tarde decidió dejar su profesión de monaguillo y convertirse en médico.Y así fue. Se convirtió en medico pero no dejó de leer. Su hermano Manuel se casó y en la boda de su hermano leyó la Biblia entera. Su madre avergonzada por aquello, lo echó de su casa. Se fue a vivir a casa de un amigo y entre su amigo y él, a escondidas de su tía, enseñaron a leer a su primo que se llamaba Rafa. Pero cuando su tía se enteró se enfadó mucho pero no tuvo más que asimilarlo. Y pues su hermano Manuel que parecía vago se convirtió en un gran deportista y también leía. Su primo seguía leyendo. Su abuela leía solo recetas de cocina por que le gustaba mucho comer. Su madre leía poco, su tía menos y él y su amigo leían muuuuucho. Y tú no dejes de leer por mucho que digan tus papás.
Seudónimo: Isa
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