Cuando menos me lo esperaba, lo abrieron en empecé a moverme con dificultad porque llevaba mucho tiempo pegado a una página. Además soy muy pesado y mi cola es muy grande y larga. Como era de noche, no veía nada. Pero de repente vi una luz resplandeciente y me dirigí a ella con un paso muy lento y dificultoso.
Finalmente salí por el agujero de la puerta rota de la biblioteca y pude ver grandes bloques de cemento con agujeros como para poder respirar, en lugar de árboles. También veía animales extraños de colores que se movían a cuatro ruedas por una especie de ríos de asfalto. Eso no se parecía nada a mi mundo. El mío tenía grandes árboles cubiertos de verdes hojas y los ríos llevaban agua transparente. Los animales se movían a con patas y más lentos.
Por ello me sentía muy solo en ese mundo tan raro. Intenté emprender el mismo camino de antes para devolverme a mi mundo y poder ser feliz.
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