Un día, se fueron de vacaciones y el pájaro se murió. Como el niño estaba muy triste, sus padres le compraron un canario, pero para Juan ya no era lo mismo.
Juan enterró a Cantor junto a su casa. Al poco tiempo, nació una planta justo donde había enterrado al pájaro. Era muy bonita, con hojas grandes y flores alargadas de color púrpura. Juan cogió una flor, la metió entre las páginas de un libro y lo cerró.
Pasaron los años y, un día, Juan abrió de nuevo el libro. Entre sus páginas vio la flor y al tocarla, salió mucho humo. Juan no veía nada pero oyó una voz que le dijo:
-Soy Cantor y te he buscado para que vengas a mi país.
Desde ese momento no se supo más de Juan que vivirá feliz en el país de Cantor.
Seudónimo: Estrella
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